Un protector contra sobretensiones es un dispositivo creado para evitar sobretensiones en el suministro de energía de un aparato eléctrico. La sobretensión puede ocurrir por diversas razones, como la caída de un rayo, un corte de energía o un mal funcionamiento del equipo en el sistema de energía. Estos dispositivos funcionan limitando el voltaje que alimenta el equipo electrónico bloqueando o cortocircuitando a tierra cualquier voltaje por encima de un umbral seguro.

 

Cómo funcionan los protectores contra sobretensiones

Comprensión de la fijación de voltaje

La parte central del funcionamiento del protector contra sobretensiones es la limitación de tensiones excesivas. Esto se hace utilizando componentes como varistores de óxido metálico y tubos de descarga de gas. Son sensibles al voltaje; permanecieron inactivos hasta que el voltaje excedió el nivel seguro. Si, por ejemplo, un MOV tiene una potencia nominal de 500 voltios, entrará en acción y conducirá corriente a tierra cuando se cruce el nivel de 500 V, protegiendo así los dispositivos que están conectados al protector contra sobretensiones.

La importancia de tiempos de respuesta rápidos

El tiempo de respuesta también es fundamental para la eficiencia del protector contra sobretensiones. Aquí, el retraso se refiere a cuánto tiempo tarda el protector contra sobretensiones en responder después de que se excede el nivel de voltaje aceptable. Por lo general, este tiempo es extremadamente bajo, del orden de unos pocos nanosegundos. Los tiempos de respuesta rápidos permiten que un protector contra sobretensiones proteja eficazmente un sistema contra cualquier aumento repentino en el nivel de voltaje.

Absorción de energía y voltaje de fijación

Un protector contra sobretensiones también se caracteriza por la cantidad de energía que puede manejar, que generalmente se mide en julios, y el voltaje de sujeción, el nivel de voltaje más alto permitido que pasará a la carga después de que se haya activado el protector contra sobretensiones. Los niveles de sujeción más bajos generalmente se asocian con una mejor protección.

Las aplicaciones industriales de los protectores contra sobretensiones, a su vez, también dependen en gran medida de la seguridad de la producción de fruta. Por un lado, los aumentos repentinos son capaces de influir no sólo en la maquinaria sino también en los tiempos de inactividad de la producción. Por otro lado, una maquinaria mejor protegida garantiza un menor porcentaje de averías y, por tanto, un mejor contrato de mantenimiento.

Beneficios de usar protectores contra sobretensiones

Los protectores contra sobretensiones no deben considerarse simplemente otra herramienta opcional, ya que brindan una serie de ventajas esenciales que garantizan que sus inversiones eléctricas estén protegidas contra cortes de energía imprevisibles. De hecho, los beneficios de utilizar un protector contra sobretensiones van más allá de la simple protección y contribuyen a la continuidad operativa, el ahorro financiero y la longevidad eterna del dispositivo.

Mayor longevidad del dispositivo

En primer lugar, las ventajas naturales incluyen un aumento de la vida útil de los aparatos eléctricos. Cada dispositivo eléctrico está diseñado originalmente para funcionar en un rango de voltaje determinado; El uso repetido de más de lo especificado produce degradaciones de los componentes internos, acortando el plazo de aplicación de los dispositivos eléctricos. Para lograr que la corriente eléctrica se mantenga dentro de los límites especificados, un protector contra sobretensiones bloquea el exceso de voltaje, haciendo que los dispositivos conectados funcionen con un voltaje óptimo o cercano al óptimo.

Económico

La justificación financiera de invertir en protectores contra sobretensiones es transparente y sencilla. En primer lugar, piense en los dispositivos costosos que puede dañar debido a un aumento repentino y que tendrá que reemplazar: las computadoras para juegos de alta gama o los sistemas de entretenimiento domésticos inteligentes le costarán una fortuna. La mayoría de los protectores contra sobretensiones cuestan entre 30 y 50 dólares y ya puedes calcular cuántas veces podrías haber reemplazado un protector contra sobretensiones en lugar de tu dispositivo.

Prevención de pérdidas de datos

Si trabaja con espacios digitales, debe saber que los dispositivos no son más que herramientas para acceder y procesar datos: el pináculo de su experiencia digital son sus datos, así como los de sus clientes o empleados. Lo que el aumento puede hacer a las computadoras o servidores es tan poderoso que puede borrar información de los discos duros; En este caso, el protector contra sobretensiones actúa como una puerta que no puede ser derribada por una primera ola de inundación, guardando sus datos intactos. La pérdida o filtración de datos sensibles u operativos es un tema particularmente preocupante para las empresas.

Mayor seguridad

Por supuesto, los protectores contra sobretensiones también salvan su hogar u oficina de incendios. Los dispositivos conectados con sobretensión tienen la posibilidad de sobrecalentarse y provocar un incendio, y el control de la energía eléctrica evita que se implemente este riesgo.

Conveniencia

Finalmente, dispositivos como los protectores contra sobretensiones tienen la ventaja de ser una unidad eléctrica dos en uno. En lugar de conectar constantemente un nuevo dispositivo y desconectar cables, puede conectar todos los dispositivos que funcionan en una habitación a una fila de puertos Lightning, y esta fila almacena hasta diez puertos. De esta forma se ahorra tiempo y espacio en términos de superficie de trabajo.

Aplicaciones del mundo real de protectores contra sobretensiones en diferentes industrias

Los protectores contra sobretensiones están diseñados para proteger equipos y dispositivos electrónicos sensibles contra sobretensiones inesperadas. Hay muchas situaciones en las que se pueden utilizar dichos dispositivos, por lo que a continuación se muestra una lista incompleta que incluye algunos ejemplos.

Los dispositivos que logran este propósito pueden ser unidades enchufables simples en el caso de uso doméstico, e infraestructuras o equipos más complejos cuando se usan en entornos comerciales e industriales.